Según aparece textualmente en la WEB del ayuntamiento de Llerena,…la Parroquia de Ntra. Sra. de la Granada ha reparado las seis campanas de la torre de la Iglesia al encontrarse en muy mal estado sus yugos; para ello una grúa de gran tamaño se instaló en la Plazuela de San Juan el pasado día 30 de enero (hoy es 31 de enero de 2013, es decir, un día después) para poder subir los nuevos yugos, que se instalaron gracias al montaje de un andamiaje en dicho cuerpo de campanas. Además se va a automatizar el toque de campanas mediante un ordenador que permitirá realizar cualquier tipo de toque en las seis campanas, hasta ahora solamente se utilizaban dos de ellas por el precario estado de los yugos. La inversión total ha sido de 12.000 Euros que sufragará la Parroquia de Llerena, y Campanas Rivera de Montehermoso ha sido la empresa encargada de realizar dicha obra...
Pues bien, aprovechando la restauración de las campanas y de los artilugios que le son propios para su normal funcionamiento, parece oportuno ilustrar este acontecimiento narrando el posible origen de dos de ellas, localizado en 1607. En efecto, hemos encontrado el documento mediante el cual el cabildo concejil de Llerena hizo donación de dos campanas para dicha torre y campanario, en virtud del patronazgo que entonces ejercía sobre las iglesias, ermitas, hospitales y otras instituciones piadosas y religiosas de la villa maestral, según se entendía y era costumbre durante el Antiguo Régimen.
La donación a la que nos referimos fue condicionada, de tal manera que las campanas sólo podían tañer en las fiestas mayores determinadas por la oligarquía concejil, o cuando esta institución expresamente lo autorizase.
El documento es el que relacionamos a continuación:
Textualmente:
En la villa de Llerena a veintiocho días del mes de mayo deste año de mil y seiscientos y siete año, estando juntos en su cabildo y ayuntamiento como lo an de costumbre, a saber, su merced el Sr. Don Luis de Venegas y Figueroa, gobernador y justicia mayor, y los señores don Diego de Yanes y Pedro de Castilla…, regidores, estando tratando las cosas que convienen al bien de la villa, se trataron lo siguiente (…) que atento aquesta villa de sus bienes y propios, por la deboción y reverencia que tiene a Ntra. Sra. de la Granada acordó de hiciessen dos campanas de yerro que se pusiessen en la torre para que con ellas se solemnizassen sus fiestas y anunciassen el oficio divino, porque no se ussen dellas en cosas que fuesen menor, questo convenía se hiciese esta donación a Ntra. Sra. y su iglesia (…) y para que siempre se guarde y que no se pueda usar de las dichas campanas sino fuere en fiestas de Ntra. Señora, del Santísimo Sacramento (Corpus), pascuas, ascensión y trinidad, y san Juan, san Pedro y Santiago, y todos las demás que la villa diere orden o por su deboción se hiciere, como son procesiones generales, rogativas o nacimiento de príncipe, y no se usse dellas ni para dobles de difuntos, aunque sea a pedimento de cabildo, porque la boluntad que se reserva esta villa es para sus fiestas de deboción y regocijos particulares y no para otra cossa…
Acto seguido, desde el cabildo se hizo llamar al cura más antiguo de la Iglesia Mayor (la de Ntra. Sra. de la Granada), a quien se le hizo partícipe de dicho acuerdo, aceptándolo en virtud del protocolo de no agresión que prevalecía entre los estamento privilegiados de la villa, con lo que se cerró este curioso asunto(AMLl, Sec. AA. CC., lib. de 1607, fol. 39 del Acta Capitular del 28 de mayo.)
Esperamos que estas campanas, y todas las de los otros campanarios de Llerena y España, vuelen al aire anunciando la deseada fiesta que indique la recuperación del Estado del Bienestar y el anuncio de que los pícaros que lo han deteriorado devuelvan el dinero, pasen a la cárcel y queden señalados y estigmatizados con el “sanbenito” correspondiente. Amen.
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